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CejaStudio - Porqué reemplacé la cera por la depilación con hilo en el rostro

24 Febrero,2016

Por Adriana Weisson

Siempre he sido muy meticulosa con mi aspecto personal. De hecho, en mi rutina de maquillaje, el énfasis está en unas cejas bien delineadas. Como dicen, ellas son el marco de tus ojos y una de las áreas clave de su expresión y armonía. Esta parte de mi rostro es tan importante para mi, que las pinzas de cejas eran el accesorio indispensable en mi bolsita de maquillaje cuando era adolescente.

Hacia el año 2000 vivía en Londres y mis amigas habían comenzado a depilarse las cejas con el método de la cera. Al ver lo delineadas que lucían, me decidí a probarlo y, dicho sea de paso, me gustaron los resultados. Claro está, mis pobres pinzas de cejas fueron a parar al tachito de la basura.

A pesar de mi satisfacción, el proceso siempre me producía recelo ya que la cera se aplica caliente y lógicamente el área tratada sufre enrojecimiento temporal. Mis recelos se convirtieron en pánico cuando una tarde, en preparación a un importante evento, acudí al salón de belleza y para mi horror, la esteticista me aplicó cera demasiado caliente.

Al principio pensé que mi piel estaba muy sensible aquel día y que la molestia iba a pasar pronto. Sin embargo, al ver que el dolor persistía, informé a la esteticista mi malestar, pero ella lo subestimó y recibí el tradicional “tranquila, que todo esta bien”. Al terminar la depilación, vi en el espejo que el parpado de mi ceja izquierda lucía muy inflamado. Como era de esperar, la esteticista insistió que no era grave, que el enrojecimiento se debía al “estirón” al remover la cera y que me tomase un analgésico.

Habían transcurrido dos horas desde la depilación y ya se acercaba la hora de maquillarme para asistir al evento. Cuando me estaba poniendo la base en el rostro, noté que esa área del parpado continuaba enrojecida y rodeada de un líquido transparente (luego me enteré que aquel liquido era el resultado de una quemadura). Claramente no era una simple irritación por el “estirón”,como había asegurado la esteticista. Me sentía angustiada y decepcionada, la lesión en el rostro era demasiado notoria y el dolor persistente. Mi noche había sido arruinada.

Al día siguiente regresé al salón de belleza para reclamar por lo que me habían hecho, pues temía que mi piel sufriera daño y se manchase. Nuevamente la esteticista y su supervisora me aseguraron de que no me iba a quedar ninguna marca y que este tipo de lesiones son mas frecuentes de lo que uno imagina. Me marché del lugar sintiéndome poco segura. Ya no confiaba más en la depilación con cera para mi rostro.

Al paso de las semanas tuve que aceptar que la lesión me iba a dejar una cicatriz. Las cremas que me recetó la dermatóloga no ayudaban demasiado porque la quemadura fue profunda. Durante cuatro años recurrí a la aplicación constante de hidratantes de piel, cremas regeneradoras y base correctora para disimular la marca que tenía.

Demás está decir que nunca más volví a aquel salón de belleza. Pero desafortunadamente, no encontraba una alternativa a la cera, pues las pinzas no dejaban el perfilado al que me había acostumbrado. Cada visita al salón para depilarme las cejas era una angustia: “cuidado que una vez ya me quemaron”, “por favor que la cera no esté muy caliente”, “cuidado al jalar la tirita que tengo la piel sensible” … todo un stress innecesario.

Un buen día, caminando por la calle principal de mi barrio, vi un nuevo local que decía “Threading”, o “Depilación con hilo” en español. Entré para preguntar de que se trataba y después de una explicación y demostración en vivo, decidí probarlo. El resultado fue impactante. El proceso era rápido, mis cejas estaban perfiladas en un abrir y cerrar de ojos, y aun mas importante, era natural, no usaba químicos ni cera caliente, solo un hilo de algodón y unas manos habilidosas.

Esto es lo mejor que he encontrado. Durante los 11 años que me depilo las cejas y el labio superior con la técnica del hilo, jamás he sufrido ningún tipo de lesión o trauma. Es más, en 2014 fui diagnosticada con Rosácea (una condición de la piel que la sensibiliza llegándola a enrojecer) y aun así he continuado depilándome con hilo sin problemas.

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